Aunque pueda parecer lo contrario, un evento pequeño no tiene por qué ser menos especial e impactante que aquellos a los que acuden cientos de personas. Conseguir que un evento pequeño se diferencie y sea recordado es un reto para los diseñadores y organizadores de eventos que trabajan por que las marcas logren enviar su mensaje a los asistentes.
En los eventos pequeños se abre un mundo de posibilidades pues, al existir un ambiente más familiar y cercano, se permite explorar fórmulas que no funcionarían en eventos más grandes o con otro nivel de complejidad. ¿Cómo conseguimos que un evento pequeño se convierta en un éxito?
En un evento pequeño, todos los detalles cuentan y se convierten en elementos estratégicos. Conocer al cliente y al público será fundamental de cara a crear una conexión entre la marca y los asistentes y que el evento logre su objetivo.
Los valores de la marca, su estética habitual o su estilo a la hora de comunicar son algunos de los elementos a tener en cuenta a la hora de elegir espacio, catering o diseñar el evento en general. También tendremos en cuenta las características del público asistente para modular el discurso y adaptar las actividades o los elementos decorativos de una forma que les resulte atractiva.
Si hay algo que no puede faltar en los eventos pequeños, eso es la creatividad. Que un evento sea creativo no significa que esté recargado o lleno de estímulos para los asistentes. Analizaremos la naturaleza del evento, las características de los asistentes y el motivo por el que la marca ha decidido reunirlos.
Trabajar un storytelling que se perciba durante el desarrollo de todo el evento o desarrollar un diseño novedoso y que vaya alineado con la idea general del evento. ¿Y por qué no aliarnos con la tecnología? No es necesario hacer una superproducción para aprovechar todas las funcionalidades y avances que están en el mercado y que se reinventan cada día.
Los eventos pequeños son un fantástico escenario para conseguir que los asistentes interactúen durante el mismo. El clima familiar que se genera contribuye a que se sientan más estimulados y cómodos a la hora de participar.
Este tipo de eventos se convierten en una gran herramienta para obtener información sobre hábitos de consumo o la forma en la que se relacionan lo usuarios con las marcas, por lo que los organizadores de eventos deberán tenerlo en cuenta a la hora de plantear la escaleta del mismo.
El contenido sigue siendo el protagonista principal del evento, por lo que es clave hacer un gran esfuerzo para que sea de calidad. Contenido audiovisual potente, un maestro de ceremonias que sepa conducir el evento, una forma diferente de presentar datos o información que puede resultar algo densa… Son múltiples las fórmulas que podemos utilizar de cara a poner en valor el contenido durante el transcurso del evento.
Organizar un evento pequeño que resulte interesante es un reto para los organizadores de eventos, que pueden salir de su zona de confort y mimar al máximo cada uno de los elementos durante el mismo.
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