¿Has oído hablar del burnout? La organización de eventos es una profesión muy estimulante y gratificante pero que lleva consigo mucha tensión y momentos de estrés. El burnout o “síndrome del trabajador quemado” se produce cuando este estrés se hace crónico y no permite realizar bien las tareas.
La continua presión, los plazos a veces demasiado ajustados, la acumulación de imprevistos y las altas expectativas del cliente pueden provocar que se genere esta situación que, si se mantiene en el tiempo, puede tener consecuencias graves en la salud mental del organizador de eventos. ¡Aprende a evitarlo!
Una de las principales claves para evitar llegar al límite será ser consciente del punto en el que te encuentras y regular el nivel de exigencia. Si notas que has llegado a un nivel de estrés elevado, deténte.
Salir a pasear, respirar aire fresco y despejar la cabeza durante un breve período de tiempo pueden ser factores determinantes para evitar un brote de estrés. Recuerda que esa inversión de 5 minutos puede significar el punto de inflexión para evitar que cometas errores en un proyecto.
Evita mirar el email o pensar en el proyecto cuando no estés trabajando. En ocasiones los proyectos nos resultan tan motivadores que absorben nuestra energía. Lejos de favorecer el la fluidez y la creatividad, a la larga nos hará colapsar.
Además, las técnicas de relajación pueden ayudar mucho a desconectar. Incorporar la meditación, el yoga o la respiración profunda en la rutina puede ser una respuesta para combatir los síntomas del estrés. De igual forma, leer libros, pasar tiempo con amigos y familiares y hacer ejercicio son algunos hábitos que será esencial incluir en las rutinas.
Tanto si vas a la oficina como si trabajas desde casa, los profesionales de la organización de eventos deben ser capaces de diferenciar qué espacios de la casa están reservados para el trabajo y cuáles para el ocio.
Además invertir en una mesa y una silla de calidad contribuirá a mejorar la concentración y, como consecuencia, optimizar el tiempo durante el que se está trabajando. Otra técnica cada vez en mayor auge es llevar a cabo reuniones mientras se pasea, pues ayuda a reducir el estrés y mejora la concentración.
Aprender a decir que no es fundamental para prevenir el tan temido burnout. No aceptar proyectos cuya rentabilidad no es la suficiente, no responder emails ni atender llamadas fuera de hora o que tus compañeros entiendan cuándo no estás disponible ayudará a que cuides de tu salud mental. ¡Tus límites son importantes pero es básico que tu equipo interno también se mantenga firme ante ellos!
Recuerda que no solo consiste en establecer los límites: lo principal es ser capaz de respetarlos a lo largo del tiempo.
Nadie es imprescindible para que un proyecto salga adelante. En ocasiones, el exceso de supervisión interrumpe la fluidez y no permite que el resto de compañeros avance. ¡Reparte las tareas y mantened una comunicación correcta!
Ten presente que un evento solo funcionará tal y como habías previsto cuando estás despejado y tienes un alto nivel de concentración, pues eso permitirá que estés alerta para adelantarte a posibles imprevistos.
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